Tuesday 16 May 2017

EN LLAMAS.




     La prensa de moda está en crisis. Toda la prensa está en crisis. El papel está en crisis. ¡El mundo está en crisis! Pero este pánico no nace con esa malhechora que se hace llamar ‘La Gran Recesión’, ¡qué va! Bien es cierto que, desde 2008, ella invade nuestro mundo con el continuo pensamiento de que la prosperidad económica es un incierto fantasma del pasado. Pero no, en absoluto. Nuestro enemigo verdadero es cibernéticamente despiadado, un villano que ha dado alas a la libertad de expresión, a la gratuidad, a la virtual realidad millenial. Qué bonito suena… si oro fuera todo lo que reluce. El píxel ha fulminado el respeto del que gozaban los medios de comunicación impresos valiéndose de inmediatez sedentaria. ¿Para qué bajar al café de la esquina a enterarte de lo que ocurre en el mundo si tu periódico favorito te revelará todo a golpe de clic, sin moverte de la cama o el sofá? ¿Para qué comprar la revista de decoración mensual por la que tu madre antaño profesaba devoción cuando en ese cajón-para-todo llamado Pinterest encontrarás toneladas de ideas para engalanar tu nuevo salón, hacerte un taburete DIY o cultivar tomatitos cherry en tu balcón de ciudad contaminada? Y, por supuesto, ¿para qué invertir en una revista de moda extranjera si, para cuando ésta llegue a tu tristemente olvidado kiosko de cabecera, ya estarás al tanto de todas y cada una de las últimas campañas y editoriales de moda que pululan por Tumblr o Instagram? 

     La red nos devora. Un animal de fauces desgarradoras que nos sume en un consumo feroz de información visual. No tenemos miedo. Tampoco respeto. Lo sabemos todo. Y no sabemos nada. Nos hemos olvidado de lo más importante: la experiencia. Un dedo dislocado de hacer scroll down durante horas o incalculables dobles clics –esos del corazoncito que nada tienen que ver con el amor sincero– no evidencian sino lo paupérrimo de la situación. Pobreza emocional. Si todos esos millenials a los que ahora miran con fervor las casas de moda recuperaran el gusto por el papel, ¡ay de ellos, cuánto disfrutarían! Y es que no hay nada como el peso sobre tus manos de un número especial de septiembre. No hay nada como el tacto de las hojas de todas esas publicaciones que juguetean con sus texturas y acabados. No hay nada como ese aroma a recién horneado, a tinta de imprenta y sus colores vibrantes. ¡Y mira que a veces huele mal, la condenada! ¿O será cosa de la composición del papel? Da igual; el caso es que ocurre como con la gasolina: acaba gustándote de lo lindo ese olor que, de primeras, te resultó tan repugnante.

     Píxel, fuego, papel. Vaya trío ardiente al que hemos dado cita. Una reunión candente que no vaticina un final feliz. Fantaseamos, macabros, cómo Internet rociará con ese combustible de olor extraño y embriagador a todas las publicaciones ‘a la antigua usanza’. Fósforo en mano, ¡zas! Con un elegante golpe de muñeca, todo en llamas. "¡A la hoguera!", disfrutarán berreando muchos. Pobres ilusos… olvidan que, donde hubo fuego, siempre quedan rescoldos. Morir es necesario para resurgir. Morir para reinventarse. Morir para vivir. El papel, rey de las experiencias sensoriales, olvidará pronto su cariz informativo. Se despojará, sacudiéndose enérgico las cenizas, de todos esos retazos inútiles, producto de tiempos pasados y de infructuosos intentos de ‘estar a la altura’ en los tiempos que corren. Nada de todo eso era necesario, pero se lo perdonamos. Nosotros también estábamos perdidos, desconcertados. El papel, querido lector, será nuestro nuevo fetiche. Si te gustan el cuero, el látex y el misterio, enhorabuena, parece que ya estás entrenado; pero ninguno de esos aparatajes será requisito necesario cuando de lectores amateurs de trate; jóvenes fetichistas, ávidos de estanterías repletas, de experiencias placenteras. Los amantes del papel no sucumbirán en la batalla. Cuando se trata de mimar los sentidos, no hay maléficas fuerzas 2.0 que valgan. Si ansías un precioso idilio del papel con tus manos, tu mirada, tus oídos, tu olfato, tranquilo, vuestro affair está más que asegurado. ¡Arriba los valientes! ¡Arriba los guerreros, con su revista bajo el brazo! ¡Arriba los fetiches! ¿Quién dijo miedo? Quizá sean otros los que terminen calcinados…












    1  'Ecstasy' (Numéro August 2016)  [via Fashion Editorials]
        Stella Lucia shot by Txema Yeste and styled by Tallulah Harlech
    2  'Matador' (Numéro February 2016)  [via Numéro]
        Hayett McCarthy shot by Txema Yeste and styled by Vittoria Cerciello
    3  'Evil Genius' (Numéro China November 2015)  [via Txema Yeste]
        Heather Kemesky shot by Txema Yeste and styled by Vittoria Cerciello






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