Wednesday 22 November 2017

Phoebe Philo, nostalgia y fish and chips – ignorant. x VERRE



Ilustración exclusiva  JUAN MIGUEL GALERA



    Joaquina nunca vuelve a Madrid sin el salchichón que su madre le prepara. En una noche de vinos, Eusebio nos sedujo con lomo embuchado de su matanza familiar. Y tendríais que ver cómo el jamón ibérico revienta la maleta de Sara cada vez que regresa a sus islas adoradas. Contra la deslocalización, víveres de provincia –mientras escribo esto e investigo en la red, un anuncio de Joselito aparece en un portal de moda, ¿un poco espeluznante, no os parece?–. Todos saben que en casa está lo mejor. Lo envasan al vacío y, ¡ale!, plástico contra el paso del tiempo. Tiempo que, tras su letargo, acabará en boca, estómago, intestino y otros destinos. Nostalgia plastificada que se torna fugaz, tan eterna como efímera, tan triste como emotiva. Muchos jóvenes –y no tan jóvenes– jugamos a ‘ser mayores’, pero siempre escondemos un secreto: encapsulamos el tiempo y los sentimientos como cura para los anhelos y las añoranzas. ¡Drama!

    Phoebe Philo, la admirada cara visible de Céline, seguramente no será tan castiza como mis amigos. Tampoco tan dramática como este ignorante servidor. Ella siempre parece ‘The Quiet Woman’, calmada, serena y relajada. Pero ciertas lenguas avispadas quizá podrían asegurar que nunca sale de casa sin un paquete de fish and chips al vacío, bien guardados en el bolsillo. ¿Qué echas de menos, querida Phoebe? El pasado octubre, BoF encendía la llama. “Huele al final de una época”, le comentó un cazatalentos anónimo a Astrid Wendlandt, reportera del medio. Se refería, por supuesto, al futuro cercano de la señora Philo. Y, aunque desde el conglomerado de lujo LVMH –orgulloso propietario de la maison francesa– lanzan un contundente “negamos categóricamente ninguna partida inmediata de Phoebe Philo de Céline”, no han podido desmentir la otra cara de la moneda: la idea, según fuentes anónimas, de que se están llevando a cabo entrevistas, no sólo para sustituir a la celebérrima directora creativa sino también para reestructurar todo el equipo de diseño de la maison. La moneda cayó de canto.

    “Huele al final de una época” casi tanto como huele un paquete de embutido de mis amigos recién inaugurado. Pero, ¡cuidado!, a ver si de tanto jugar con la monedita y la comida se me va a manchar el ‘Tri-Fold’ de grasa. Que, por muy buena y muy de pueblo que sea, no le sentará nada bien a mi ansiado hallazgo de la marca. Será de segunda mano –o pre-owned, que suena más del momento, más in, más fab, más de todo-, ¡pero es un Céline! La firma, que nació en 1945 como una marca de zapatos para niños ideada por Céline Vipiana, ha sido siempre muy recelosa del medio digital, tanto en las redes sociales como en el ecommerce. ¡Conseguir una de sus piezas más allá de la boutique física se antojaba hazaña épica para las chicas de provincia! Pero aquella odisea se empezó a desdibujar gracias a la coolización del pre-owned que antes citábamos, término popularizado por la web francesa de compra-venta Vestiaire Collective, en la que numerosísimos Céline esperan dueño golosamente entre los cerca de 6 millones de potenciales compradores que el portal atesora –con un apabullante crecimiento de 170.000 nuevos usuarios al mes–. Un ejército de zapatos, bolsos, prendas y otros accesorios deseosos de encontrar nuevo hogar. Porque, si de algo sabe Phoebe Philo, es de crear piezas icónicas que generen deseo irrefrenable en cualquier punto del Globo. En otras palabras, nadie como la diseñadora para haber ideado verdaderas joyas a lo largo de sus nueve años al frente de la firma y conseguir que, aún hoy, parezcan inalcanzables para muchos, herméticas, lejanas, irresistiblemente mágicas.

    Ay Phoebe… tú y tu condición de semidiosa creativa; tú, que reflotas marcas históricas y embelesas a los seres más mundanos; tú, deseando, en verdad y en silencio, volar a parajes lejanos. Estén en las antípodas o al alcance de tus mágicas manos, varias pistas quizá nos hayas regalado. Tus colecciones saben últimamente a aventuras, a una libertad muy alejada del bullicio urbano de la capital francesa. Y, aunque sabemos que la diseñadora británica vive y trabaja desde Londres, entre los mapas, las túnicas marroquíes, las mantas de mercadillo, las reliquias y algunas alhajas, un mensaje quizá se nos escapaba: lluvia, lluvia y más lluvia mojada. Lluvia en forma de chubasqueros, gabardinas, ponchos y botas de agua. Nostalgia de su campiña inglesa, del rocío sobre la hierba fresca, del té con pastas. ¿Lluvia que parece lágrimas?

    No llores, Phoebe. Dicen también los más curiosos del sector que la lluvia limpiará tus lágrimas. Dicen, aguzando pensamientos que ya danzaban en muchas mentes espabiladas, que cambiarás la herencia francesa por la máxima expresión británica. Dicen que te marchas a reflotar Burberry, ¡y parece que todo cuadra! Allí no comerás chorizo, jamón o salchichón como Joaquina, Eusebio o Sara. Tampoco comté, quiche lorraine o foie con tostadas. Pero todos sabemos de lo que hablas: al final, la tierra llama. Mucha suerte, querida Phoebe; quizá, como dicen, Marco Gobbetti te espere en tu tierra patria. Suena emocionante, mi mente no descansa. Y, tranquila, todos sabemos que la nostalgia va y viene, la muy canalla. Si algún día echas de menos los manjares de épocas pasadas, pegamos un toque a Monsieur Bernard Arnault para que los envase al vacío y te los haga llegar directitos a la Gran Bretaña.









Wednesday 8 November 2017

Burbujas y un amor de verano, según J.W.Anderson – ignorant. x VERRE




Ilustración exclusiva ALVAR ALCALDE




    A Lana del Rey le saben los bajos a Pepsi-Cola. Y no será porque un servidor los haya catado. La cantante –que, por cierto, vendrá a España el próximo abril de 2018– lanzaba semejante afirmación nada más abrir la boca en la canción ‘Cola’, parte de ‘Born to Die – The Paradise Edition’. Y, si nos guiamos por su viralidad, parece que la amiga se quedó con los labios burbujeantes, bebiendo refrescos para siempre en su paraíso del éxito. Pero el verano no dura eternamente y hay que saber decir adiós al bikini dorado, al centelleante bronceado, al amor de verano. Como si de una metáfora se tratase, su estrellato fue “nacido para morir”, flor de un día, boom, bang, ciao! Atrás quedó su momentazo, una popularidad apabullante que marcó una brevísima pero intensa época. La plebe, carne de decibelios y neón, ahora la recuerda sólo por un remix del 'Summertime Sadness'. Qué paradoja. Triste, como la nostalgia de ese apuesto varón al que amaste en verano. Ella misma lo decía: “you and I, we were born to die”. No sé qué habrá sido de aquel you, quizá se haya pasado al 7 Up; pero en lo que respecta al I, es decir, a la mismísima Lana, parecía más que olvidada. Y de repente, dulce y desafiante, nos vuelve a acariciar los oídos, susurrándonos un “It doesn’t matter because it's enough to be young and in love”.

    Más allá de estar en boca de todos, quizá Lana del Rey haya encontrado su sitio y prefiera fulminar intrusos desde su balcón antes que reventar listas de éxitos mundiales. Motivo que justificaría perfectamente su preferencia por la Pepsi-Cola; por lo vetusto del producto, quiero decir. Coca-Cola, por su parte, gana en popularidad y presencia en las mentes del consumidor –¡hay gente que hasta cocina pollo en salsa!–. Y las marcas de fast fashion se han apresurado a capturar el hype ofreciendo a sus ansiados millenials camisetas de promoción. Sí, de promoción. Porque a mí esas me las han regalado toda la vida en el bar del pueblo con una pelota hinchable o en la cola del cine, junto con una cantimplora. Pero no sólo los motores de lo mainstream como Zara, Pull&Bear o Bershka han tirado de camiseta del verano. El streetwear es carne de refresco, como evidencian las colaboraciones de Coca-Cola con Converse, Opening Ceremony o Herschel Supply, bien documentadas por Hypebeast; medio digital que hasta habla sobre los tres volúmenes, editados por la celebrada Assouline, dedicados a la relación del refresco con el cine, la música y el deporte. Asimismo, marcas aplaudidas en el sector del diseño y del lujo también cayeron, caen y caerán en sus redes. La página oficial británica de Coca-Cola da fe de las interpretaciones ideadas por Ashish o Sophia Webster. Incluso Marc Jacobs jugó sutilmente con los grafismos del logo –además de engalanar la versión 'Diet' allá por 2013–. Mucho verano. Mucha terraza. Calor, sudor, ¿bailando reguetón? Bueno, suene la música que suene, Coca-Cola en mano. Ahora es el turno de J.W.Anderson.

    Su colección masculina de Primavera/Verano 2018 hizo uso de la iconografía del refresco más famoso de todos los tiempos para decorar pantalones, camisetas, bolsos y otros apliques. Llámenme ignorante –al fin y al cabo, ya lo reza el título de esta sección–, pero aquello me pareció un evidente ejercicio de merchandising y búsqueda de prendas gancho. Muchos plebeyos analizaremos cada una de las salidas del desfile y, sin duda, soñaremos con ir vestidos de esta o aquella guisa en la próxima escapada veraniega prevista en nuestra agenda. No lo negaré, algunas de las prendas tienen el potencial para convertirse en básicos de la marca. ¿Pero no estaba ya para eso la colaboración con Uniqlo? Jonathan Anderson –que parece gozar de una amistad con Coca-Cola muy similar a la de Marc Jacobs– siempre ha demostrado ser retador, un verdadero transgresor. Y, hablando de imagen masculina, su excelencia no ha conocido límites. Según palabras del diseñador a Sarah Mower, de Vogue Runway: “Creo que esta ha sido la primera temporada en la que me he probado todo. Ha sido como volver a mí mismo”. La periodista debate su opinión entre extremos, según asegura en el review de la colección, presentada en Florencia bajo el amparo de Pitti Immagine. Y no sólo ella duda, sino que, por lo visto, fue tema de discusión hasta altas horas de la madrugada entre los entendidos del sector. No es de extrañar que las mismas cuestiones pululen por las mentes de muchos. ¿Ha tocado techo la marca J.W.Anderson como motor del cambio para comenzar su estrategia comercial en brazos del capitalismo devorador? “La facilidad de lo corriente, juzgada por el modo en que casi todos los asistentes a los desfiles [de Pitti] vestían, es una tendencia avant-garde a la espera de que alguien venerado como Anderson la declare correcta”, remata Sarah Mower en su crítica. Y, añado yo, ignorante pero atrevido: no sólo la declare correcta sino también cool. Pensé que los penes colgantes y otros caramelitos para no-pudientes tendrían cuerda y tirón autónomo para tiempo… pero me equivoqué. La marca está cambiando, quizá como símbolo del momento.

    Enfriando la mente y poniendo pies en polvorosa, llego a la conclusión de que a lo mejor a Jonathan le ha pasado lo mismo que a Lana, que estar en la cresta de la ola tanto tiempo es agotador. Mejor observar a los surfistas –cachondos– desde la arena, con una buena Coca-Cola en mano. O quizá se haya enamorado y ya no quiera ser la rara del campamento. Mejor optar por una camiseta, chinos y flip-flops. Que de encajes, volantes y coronas de Geomag dicen que te quedas para vestir santos. ¿Beberán Coca-Cola en el Vaticano?












Tuesday 17 October 2017

¡No desplumen a Miuccia Prada! – ignorant. x VERRE




Ilustración exclusiva DAVID KOHLVER




    Dicen que Ferragamo va fatal, que Tod's va fatal... pero, mira, que digan que Prada va fatal... ¡me repatea! Según BoF, “las participaciones [en dichas empresas] han descendido notablemente en los seis últimos meses a medida que los beneficios caían”. Inversores desconsolados porque las mochilas de nylon ya no se venden como churros. Directores que se confiesan apesadumbrados por una supuesta falta de sneakers en tienda, ese previsible reclamo comercial para millenialsiugh, con la palabrita…– y, en general, para una sociedad mimada y acomodada. El mismísimo marido de la señora Prada, Patrizio Bertelli, comentó a BoF sus “planes de destinar más inversión a la comunicación digital, aumentar la oferta online y expandir su e-commerce a más mercados, incluyendo China”. Por lo visto, también según las palabras del chief executive al reconocido medio, “la marca empezará a ofrecer más deportivas”.

    Francamente, una afirmación como esta última roza el ridículo en boca de un director ejecutivo. “Ofreceremos más deportivas” hace de Prada un 'mercadillo de moda' en manos de unos consumidores asesinos. Fácil reacción, rozando la obviedad. Del mismo modo que la accesibilidad a los mercados asiáticos, uno de los actuales protagonistas del caramelo del deseo que son esos llamados prosumers. ¿Por qué nadie se pispó a tiempo? Fantaseo con mensajes ocultos. Aquella camisa masculina ideada por el artista Christophe Chemin para la colección del Otoño/Invierno 2016 podría ser una representación artística de las trifulcas en el despacho de Miuccia Prada. Batallas incendiarias sobre el rumbo de la casa italiana, sobre qué, quién, cómo y cuándo. A la directora creativa no le gustan los dictámenes de lo mainstream. Ella disfruta con el feísmo, siempre lo ha dicho, y era obvio que no iba a caer en las redes del 'culo veo, culo quiero'. Ella no, pero la compañía sí. Las cifras ganan la batalla. Los números, oh triste capitalismo, mandan y un imperio no puede derrumbarse como si nada. No sin luchar contra otros conglomerados del lujo y la moda en una batalla silenciosa, pero encarnizada. Las cifras mandan. Y más aún si atesoras fundaciones con edificios dorados y una historia enriquecida con premios, loas y magníficas críticas pasadas.

    Un repunte de las ventas tranquilizaría a los demandantes accionistas. También reactivaría a las boutiques, que ahora observan tristes a sus dependientes, lidiando con el tedio y con la ausencia de hordas asiáticas a la caza del último grito –ya sea bolso it, camiseta must u, ¡oh, sí!, la sneaker hit de la temporada–. Borraría de un plumazo todas esas etiquetas sanguinarias. Aunque parece que, hablando de plumas, es lo único en lo que los dependientes piensan: quitarse el plumero de las manos a golpe de hashtag que genere deseo.

    Las baldas y escaparates ya no amenazarán con lucir polvorientos, vetustos, abandonados. Eso sí, en Prada el polvo no se limpia con cualquier cosa. De eso ya se encarga Miuccia, que confiesa, férrea, “no quiero ser juzgada por las ventas. Mi vida es mucho más importante, no pienso en ello”. Desafiante. ¿Que no se vende? ¡Pues toma plumas, toma exceso! Si no se las llevan los clientes, que al menos sirvan de plumero. La colección para Primavera/Verano 2017 abrió la veda. Plumas de avestruz o marabú en puños de camisas de organza, contorneando faldas cruzadas, decorando bandoleras y chanclas. El aire techy de aquella colección, llena también de cinturones jelly, prints psicodélicos y sandalias de molde, supo a puro retro-futuro. Una idea con la que la señora Prada siempre coquetea. Aunque, para flirteo máximo, ¡ella y las plumas! La colección para el Otoño/Invierno 2017 aumentó su frondosidad en bajos de faldas, capuchas y sandalias de tacón. Y el primer Resort “emancipado” de la casa italiana, para el 2018, jugó a ser Tigrilla en El País de Nunca Jamás.

    Las plumas parecen el detalle del momento. Cómo no, todos se han subido al carro, #culoveoculoquiero. Desde hace unos meses, seas plebeyo, premium o luxurious, no eres nadie si no tienes alguna pieza emplumada en tus colecciones. Vuelvo atrás en mis pensamientos: ¿de veras que Prada va fatal? ¡Anda ya! El poder de Miuccia y sus equipos creativos sigue siendo brutal, voraz, brillante. De ellos dependen y en ellos confían fabricantes, coloristas, estilistas, consultores y un sinfín de otros profesionales y creadores. La señora Prada tiene un poder desmesurado, hasta ha conversado “fantasiosamente” con la mismísima Elsa Schiaparelli. Pero, con tanta pluma y tanto de todo, últimamente no dejo de asociarla con otra mujer poderosa, valiente y, sin duda alguna, tremendamente independiente: Julia Child. No soy un teórico gastronómico ni un pensador sociológico, pero me basta con ver a Meryl Streep –¡cómo me gusta citar a esta mujer!– encarnando a la célebre cocinera en 'Julie & Julia' para saber que Miuccia y ella podrían ser del mismo club. Rompedoras, inspiradoras, retadoras. Mujeres que luchan contra los dictámenes de su tiempo. Seguramente, mujeres que capean temporales de entredicho y mofa. Mujeres que superan críticas y, también, reciben grandes loas. Mujeres que se atreven a desplumar un faisán, rellenarlo de magia y lograr que, al final de la historia, lo único que resuene en las cabezas del público, sepan o no de la existencia de semejantes prescriptoras, sea un sonoro “Bon Appétit!”.

    Lo dicho: que Prada no va fatal. Que lo digo yo, impepinable. Da igual si es con vuelo ligero o con nave espacial, la casa italiana siempre sobrevolará el fashion system desde su perspectiva sideral.












Tuesday 26 September 2017

Adlib Outsiders.



    Todos tienen un yate. Trabajo en una tienda de lujo y no hay clienta que no tenga un yate. Y, para colmo, todas van a fondear a Ibiza. Verano, tras verano. ¡Qué original, diviiiino!

    Todos tienen un yate. Y los ignorantes urbanitas –¿qué digo “urbanitas”? ¡¡pringados!!–, que en julio y agosto vivimos mortalmente encerrados en la gran ciudad, no tenemos derecho al relajo estival. O eso parece. No somos dignos del lino, ni de largas camisas, mecidas por la brisa del mar. No merecemos la ligereza, el blanco head-to-toe o las sandalias de veranear. Tampoco los popelines bordados, las pulseras de mercadillo, ni los sueños de ultramar.

     Todos tienen un yate. Pero este año nos vamos a vengar. ¡Todo el mundo a vestir de ibicenco en la ciudad! No hará falta fiesta temática de azotea para ser los más adlib del lugar.

     Todos tienen un yate. Y, ¿sabes lo que te digo?, 
¡para ellos todo el mar!









    1  Oscar & The Wolf wearing Ann Demeulemeester SS18 
         at Rock Werchter Festival 2017  [via @anndemeulemeester_official]
    2  Alexander McQueen, Spring 2018  [via Vogue Runway]
    3  Ann Demeulemeester, Spring 2018  [via Vogue Runway]
    4  Altuzarra, Resort 2018  [via Vogue Runway]
    5  Valentino, Fall 2017 Couture  [via Vogue Runway]










Friday 15 September 2017

Flore Sauvage.











Todos muertos de calor. Olvidé regar un día la buganvilla del balcón y la pobre acabó achicharrada. Adiós a sus refrescantes y vitales colores, adiós. Todos echamos de menos los días de primavera que, con su buen clima, fueron responsables del esplendor de Madrid. Una ciudad, la capital, que año tras año se ve invadida por flores, no sólo en jardines y parterres, sino también en tiendas y transeúntes. Flores por doquier. ¡Es primavera! –de la sangre, ya hablaremos–.

Miranda Priestly nos cortaría la cabeza. “Florals? For Spring? Groundbreaking”. Así de certera –y sangrienta– era la directora de la revista Runway en la película ‘El Diablo viste de Prada’. Brillante Meryl Streep y brillante “¡zas! en toda la boca”. Obviedades aparte, sí, venimos a hablar de flores. Y de primavera. Sí.

Sin embargo, parece que ya no importa el momento del año para hablar de flores. En pleno achicharramiento agostil, Gucci intentó refrescarnos con el lanzamiento de ‘Gucci Bloom’. Dakota Johnson, Hari Nef y Petra Collins pegándose un buen chapuzón en agüita fresca o en un mar vegetal bajo la atenta mirada de Glen Luchford (y, por supuesto, de Alessandro Michele). La marca italiana, junto a Givenchy, ya había ahondado en el tema con su pre-colección para el próximo otoño 2016, demostrando ambas su maestría con los estampados. Por no hablar de los magníficos tocados vegetales que los modelos de Comme des Garçons Homme Plus lucieron en la presentación de su colección para la misma temporada. Flora, y en estado salvaje. No es casualidad que Nick Knight organizase en SHOWstudio la exposición ‘Fashion Flora’ como colofón de la pasada primavera, invitando a artistas de la talla de Unskilled Worker, Gill Button y Kelly Beeman a mostrar su visión pictórica de la invasión floral que estamos tratando.
Paralelamente, los editoriales de moda se dejaron invadir por ella. Vegetación dominando escenarios artificiales, fruto de la manufactura humana. Parece un mensaje encubierto, la necesidad silenciosa de volver a respirar aire fresco. Un grito a un nuevo florecer, que no se presenta dulcificado y primaveral, sino salvaje, radical. Una oficina o cualquier rincón de la casa podría ser la víctima perfecta. ¡Incluso una ciudad, como vemos en 
‘Gucci Bloom’! Pero el máximo fetiche vegetal parece el propio cuerpo humano. Exquisito ejemplo es el que pone en práctica Nguyen Cong Tri con su colección Nº10. En ella, prendas de apariencia limpia y depurada, con patronaje de camisería experimental, sorprenden con una invasión floral oculta sobre sus espaldas. Es la magia de lo inesperado. El germinar de lo vegetal sobre el asfalto. Un soplo invasivo de aire fresco, verde, colorido, que reta a la era de la tecno-digitalización.

Como siempre, vamos y venimos –ya lo decía Chenoa, que ni se ponía de acuerdo para coincidir a medio camino–. De un extremo a otro. Pero, por mucho que algunos se empeñen en sentenciar aquello de “está todo inventado”, siempre hay hueco para el cambio. Vale, vale. Hace mucho que nadie pega un petardazo en esto de la moda y la creatividad. Pero, ¿acaso esos cambios no se aprecian con el tiempo, cuando todo sedimenta en silencio? Hacemos ruido. Llenamos todo de flores, con apariencia caótica, pero siempre meditada. LOEWE pone una floristería en la entrada de sus oficinas centrales –¿de veras antes aquello estaba totalmente desangelado?–. Simone Gooch se dedica a romper con lo establecido en el mundo de los arreglos florales –y gusta de colar siempre un mechero en sus bodegones instagrameables–. Es novedad. Es ruptura, rebeldía. Son flores. Pero no son las de antes. Son las de ahora. Quizá las del cambio, quizá simplemente eventuales. Pero son verdades. Pensamientos y mensajes esperanzados, lanzados a la asfáltica calle.





     1  Vera Van Erp shot by Benjamin Vnuk and styled by Aurelia Donaldson 
          for Telegraph Magazine January 2016  [via fashion copious]
     2  Unknown photo credits  [via @adonisproject]
     3  Nguyen Cong Tri, Nº10
     4  Casa Vogue Book Obsession shot by Michael Baumgarten
     5  'And Time will have his fancy' (Bon Magazine‘s Spring Summer 2015), 
          Erin Mommsen shot by Tina Tyrell and styled by John Colver  [via MMSCENE]
    6  'Collections Spring/Summer 2014' (Dazed & Confused March 2014), 
          Hanne Gaby Odiele shot by Harley Weir and styled by Elizabeth Fraser-Bell  [via Prada Suits Everyone]
    7  Daphne Groeneveld shot by David Roemer and styled by Joanne Blades 
          for Zoo Spring/Summer 2016
    8  'Lush Life' (Vogue US March 2016), 
          Maartje Verhoef shot by Willy Vanderperre and styled by Tabitha Simmons
    9  Givenchy, Pre-Fall 2016  [via Vogue Runway]
  10  Elizabeth Davison & Mona Matsuoka shot by Dario Catellani and styled by Tim Lim
          for Numéro China February 2016
  11  'Lush Life' (Vogue US March 2016), 
          Maartje Verhoef shot by Willy Vanderperre and styled by Tabitha Simmons
  12  'Comme des Garçons Homme Plus A/W 16', 2017, 
          Unskilled Worker – 'Fashion Flora' at SHOWstudio
  13  Lindsey Taylor for Apiece Apart
  14  Sunniva Vaatevik shot by Blommers & Schumm and styled by Tanya Jones 
         for Flair Italy No.26  [via Fat Tongue]
  15  Egon van Preat shot by Pablo Sáez and styled by Álvaro de Juan
         for L'Officiel Hommes Spain Fall/Winter 2015  [via Fucking Young!]
  16  'Shadowplay' (Jalouse March 2017)  [via piczo]
          Karo Laczkowska shot by Piczo and styled by Monika Tatalovic
  17  Fjura  [via @fjura_]
  18  'Lady From Botanic House' (Harper's Bazaar Korea April 2016)  [via fashion copious]
          Sam Rollinson shot by Nick Hudson and styled by Ye Young Kim
  19  Comme des Garçons Homme Plus, Fall/Winter 2016  [via Prada Suits Everyone]
  20  'Gucci Bloom' Campaign, 
          Dakota Johnson, Petra Collins & Hari Nef shot by Glen Luchford
  21  Daphne Groeneveld shot by David Roemer and styled by Joanne Blades 
          for Zoo Spring/Summer 2016
  22  'Your rating is a little bit down' (Marfa Journal Spring/Summer 2017)  [via models.com], 
          Mica Arganaraz shot by Alexandra Gordienko and styled by Omaima Salem
  23  Gucci, Fall 2016  [via Vogue Runway]
  24  Photo by Jeff Hahn with styling by Riccardo Linarello 
         for UnFlop Paper 8  [via Riccardo Linarello]
  25  Taemin, Krystal & Kai in 'Daisy Illusive' for W Korea Digital Exclusive  [via #MIUSE]
  26  'The White Room' (Vogue Italia April 2017)  [via @dariocatellani],
         Sunniva Vaatevik shot by Dario Catellani and styled by Elisa Zaccanti





Tuesday 5 September 2017

Morning Paper.




Septiembre de vuelta al cole. Septiembre de madrugones, de resistirse a salir de la cama. Septiembre de madres y padres armados de paciencia, y de churumbeles rezongones que no quieren ir a sus aulas. ¡Septiembre de cachetazo por rebelde! 

¿Y cómo mejor? Pues con el periódico del día, el más madrugador de todos. Ese rollo de papel, que dejan a la puerta de tu casa con las noticias más frescas –sí, suena a americanada de película pero os aseguro que en mi pueblo de Salamanca también lo practicamos–, puede llegar a ser un arma letal. 

Me echo unas risas al observar ignorantemente esta tendencia –en Vogue Runway dicen mucho eso de “Three’s a trend”–. Disfruto imaginando a mujeres fabulosas –que también se han pegado su madrugón; sí, a todo el mundo le cuesta– esperando a los modorros de sus hijos clutch-atizador-pseudo-periódico-del-día en mano. Eso sí, lo hacen enfundadas en lo último de Vetements en colaboración con Eastpak, Saint Laurent x Anthony Vaccarello o Calvin Klein 205W39NYC x Raf Simons –ay… no me voy a aprender esas coordenadas ni a tiros–. 

Qué de notas al margen hago… ¡tres en un mini-párrafo! Yo también era de los tozudos que se negaban a desperezarse como mandaba el despertador. Pero ¡ay del que le toque aguantarme cuando la mente despierta! Pues eso, muchas aclaraciones que no sé ya ni meter con calzador, mucho que decir, mucho por pensar. Que sí, que al final siempre llegaba a primera hora a clase.









     1  Calvin Klein 205W39NYC, Fall 2017 Campaign by Willy Vanderperre
     2  Vetements, Spring 2017  [via Vogue Runway]
     3  Saint Laurent, Fall 2017  [via Vogue Runway]








Friday 25 August 2017

Let's wear a little lamb! [Vol II.]





    Ni cerdos vietnamitas a lo hater, ni gatos a lo influencer, ni perros a la tradicional. Lo que se lleva de toda la vida es tener un corderito, como Mary –la condená era una avant-garde y lleva siglos teniendo un “little lamb” y canción propia–.
    Carolyn Murphy aúpa a uno de esos animalicos para hablarnos de su tierra en el número de septiembre del VOGUE americano, por cierto, en edición especial de 125 aniversario. Pero otras ya estuvieron en su mismo lugar: Freja Beha Erichsen y Andreea Diaconu para WSJ. Magazine o Edie Campbell para T Magazine –el que avisa no es traidor–. Ya sabes, ¡no tardes en hacerte con el tuyo!  (no vale que sea en forma de chuletillas a la brasa con la familia en una comilona de domingo).





    1  'Freja Beha Erichsen Evokes the Romantic Spirit of Fall' (WSJ. Magazine August 2015), 
          Freja Beha Erichsen shot by Lachlan Bailey and styled by Ludivine Poiblanc
    2  'Edie Campbell Conjures Fashion's Dark Side' (T Style Women's Fall Fashion 2015), 
          Edie Campbell shot by Inez & Vinoodh and styled by Joe McKenna
    3  'Andreea Diaconu’s Romanian Holiday' (WSJ. Magazine August 2016), 
          Andreea Diaconu shot by Angelo Pennetta and styled by Emilie Kareh
    4  'Homeward Bound: 7 World-Famous Models Return to Their Small-Town Roots' (Vogue September 2017),
          Carolyn Murphy shot by Zoe Ghertner and styled by Camilla Nickerson





Tuesday 18 July 2017

#culoveoculoquiero | TRANSFORMERS.



Sucias o no, parecen máquinas a estrenar. Las deportivas que Demna Gvasalia presentó en su colección Fall/Winter 2017 para el nuevo “hombre BALENCIAGA” ya están a la venta. Y ya tienen competidoras. A golpe de “culo veo, culo quiero”, Gucci y Nº21 se suben al carro de las zapatillas “Transformers”, atreviéndose a picotear de aquí y de allá para calzar a sus respectivos, y más tendenciosos, varones. La yuxtaposición de piezas maximizadas domina el sector de las sneakers (ya “tó quisqui” las llama así…, ¿no?), que ahora empapa el prêt-à-porter masculino. Me imagino a las abuelas de muchos chiquillos al grito de “¡¿y esa marranada acabas de estrenarla?!” o “¡pero niño, si no podrás caminar con semejante marcianada!”.









    1  Nº21, Spring 2018  [via Footwear News]
    2  Gucci, Resort 2018  [via GQ]
    3  Nº21, Spring 2018  [via Footwear News]
    4  Balenciaga, Fall 2017  [via Vogue Runway]
    5  Balenciaga, Fall 2017  [via Vogue Runway]
    6  Balenciaga, Fall 2017  [via Vogue Runway]
    7  Balenciaga, Fall 2017  [via Vogue Runway]







Thursday 25 May 2017

Downtown Cowboys.








Vale que Johnny Depp se codee con lobos cual sauvage en mitad del Lejano Oeste, pero que todo Dior se monte una película temática… no sé si pasa de castaño oscuro –o de bronceado tejano–. Maria Grazia Chiuri decide jugar a indios y vaqueros en su colección Resort 2018 con un despliegue de aventuras en medio del desierto. Y lo hace con todo lujo de clichés. ¿No es un poco tarde para un cuento tan viejo? Y mucho más aún si se recurre a tópicos estilísticos de fiesta de disfraces –compuestos a partir de, todo sea dicho, una colección nutrida de algunas prendas exquisitas y básicos perfectos–.


Cuando era un niño, en España lo dábamos todo con Coyote Dax y su “No Rompas Más”. Pistas de baile llenas de pre-adolescentes del nuevo milenio bailando una coreografía que nos sabíamos de pe a pa… eso sí que era digno de un cowboy contemporáneo. Nada de disfraces. Un buen sombrero vaquero y tejanos, las únicas referencias literales permitidas. La acción se trasladaba a las grandes ciudades, al asfalto, a los supermercados. No había sol abrasador, sino fluorescentes y neón, chándales mezclados con brilli-brilli y desenfado ado.


Los editoriales de moda llevaban tiempo anhelando aquel baile pasado. O, mejor dicho, los estilistas ya lo estaban vaticinando. Una tendencia con sabor a joven descaro. A inconformismo, a deslocalización e incertidumbre de futuro cercano. Chavales cosmopolitas que ven cómo su avanzada sociedad es víctima de un ciberataque que incluso tiene nombre propio: “ransomware”. Jóvenes que, en tantos momentos, desearán montarse en su caballo, colocarse el sombrero cowboy y partir hacia montañas lejanas. Un galope hacia lo rural, hacia lo analógico, ¿hacia la verdad? “We don’t WannaCry”.







    1  'New Thought New Vision' (Vogue Italia May 2016) [via Fashion Copious],
        Amelia Rose Akerhielm shot by Steven Meisel and styled by Olivier Rizzo
    2  'Paris, Texas' (CR Fashion Book 10) [via Instagram],
        Achok Majak shot by Petra Collins and styled by Ron Hartleben
    3  'Impossible Visions of Love' (Man About Town Fall/Winter 2015) [via Fucking Young!],
        shot by Alasdair McLellan and styled by Olivier Rizzo
    4  'Soho Lofts, New York, December 8th, 2016' (Self Service Spring/Summer 2017) [via Instagram],
        Ruth Bell shot by Craig McDean and styled by Alastair McKimm
    5  Djiby Sy shot by Rachel Chandler for CR Men's Book 2 [via #MIUSE]
    6  'Cowboy Dreams, Yippi-ay-a I'm Gonna Give You Cow-Boy Dreams' (Jalouse March 2016) [via models.com],
        Elizabeth Davison shot by Piczo and styled by Helena Tejedor
    7  'this is your world shape it or someone else will' (i-D Spring 2015) [via i-D],
        Maria Veranen shot by Willy Vanderperre and styled by Benjamin Bruno
    8  'Caught by the river: Steve McQueen' (The Hommes +) [via Instagram],
        shot by Ewen Spencer and styled by Tom Guinness
    9  Adwoa Aboah shot by Inez & Vinoodh and styled by Alastair McKimm for i-D Pre-Fall 2016 [via Instagram]
  10  Visvim, Spring 2017 [via Vogue Runway]
  11  'Space Cowboy' (Interview November 2016) [via Instagram],
        Irka Chiganaeva shot by Steven Pan and styled by Vanessa Chow
  12  Prada 'Wanderlust' [via Instagram],
        Nikolas Klaes shot by Willy Vanderperre
  13  'Material Boys' (Bubblegum Club) [via Instagram],
        shot by Kristin-Lee Moolman and styled by Ib Kamara
  14  'Diamond Heart' (Bullett November 2016) [via Instagram],
        Sabina Lobova shot by Ace Amir and styled by Jahulie Elizalde
  15  'New Thought New Vision' (Vogue Italia May 2016) [via Fashion Copious],
        Selena Forrest shot by Steven Meisel and styled by Olivier Rizzo
  16  'New Thought New Vision' (Vogue Italia May 2016) [via Fashion Copious],
        Casil McArthur shot by Steven Meisel and styled by Olivier Rizzo
  17  Sabina Lobova shot by David Dunan and styled by Elisa Zaccanti
        for Vogue Italia October 2015 [via Fashion Copious]
  18  Missoni, Spring 2017 [via Vogue Runway]
  19  'All About TayTay' (POP Spring/Summer 2017 cover) [via Instagram],
        Taylor Hill shot by Charlotte Wales and styled by Charlotte Collet
  20  Philosophy di Lorenzo Serafini, Resort 2017 [via Vogue Runway]
  21  'Cowboy Dreams, Yippi-ay-a I'm Gonna Give You Cow-Boy Dreams' (Jalouse March 2016) [via models.com],
        Elizabeth Davison shot by Piczo and styled by Helena Tejedor
  22  'Désinvolte' (Fucking Young! Online) [via Fucking Young!],
        Gabriel Charles shot and styled by Sy Delorme
  23  Prada, Resort 2017 [via #MIUSE]
  24  '10 Days in LA' (MR. STYLE Spring/Summer 2016) [via MMSCENE],
        Alexander Stoltz shot by Baldovino Barani and styled by Bhisan Rai
  25  'Impossible Visions of Love' (Man About Town Fall/Winter 2015) [via Fucking Young!],
        shot by Alasdair McLellan and styled by Olivier Rizzo
  26  'Paseo (de moda) por el Lejano Oeste' (Vogue Spain Mayo 2016) [via Instagram],
        shot by Ezra Patchett and styled by Marianne Krauss
  27  'New Thought New Vision' (Vogue Italia May 2016) [via Fashion Copious],
        Connor Newall shot by Steven Meisel and styled by Olivier Rizzo
  28  'Two Buffalo Boys Go Around the Outside' (Buffalo Zine Spring/Summer 2017) [via Instagram],
        Denek K shot by Brett Lloyd and styled by Mel Ottenberg
  29  'Paseo (de moda) por el Lejano Oeste' (Vogue Spain Mayo 2016) [via Instagram],
        shot by Ezra Patchett and styled by Marianne Krauss
  30  'Impossible Visions of Love' (Man About Town Fall/Winter 2015) [via Fucking Young!],
        shot by Alasdair McLellan and styled by Olivier Rizzo